Aclaro para los mal pensados que no soy ni de cerca un admirador de Putin, un dictador que lleva sobre sus espaldas mucha sangre de oponentes políticos reales o potenciales y sobre todo de periodistas, pero no todo lo malo que ocurre en el mundo es su culpa.
Tampoco creo que sea conveniente para los Estados Unidos y mucho menos para Europa hacer de Rusia un enemigo, que no lo debería ser ya que se trata de tres regiones económicas que no son competidores casi en nada, y arrojarlo en brazos de China Roja, que sí constituye una amenaza para la posición de primacía militar , financiera y comercial de los Estados Unidos en el mundo es lo más ilógico y peligroso que se puede hacer.
Tampoco creo que nadie en Occidente debe rasgarse las vestiduras por la toma de Crimea, que es más rusa que ucraniana, pues fué tomada por las armas por el Imperio Ruso al Turco hace dos siglos, ni es de nuestra conveniencia en el mundo occidental derramar sangre propia y ajena y gastar miles de millones por Ucrania, un país ultra corrupto, violento y que no es funcional, que es lo más semejante que existe a un agujero sin fondo que antes chupaba Rublos sin dar nada a cambio y ahora espera hacer lo mismo con nuestros Dólares o Euros.