El diferendo con Costa Rica presenta una oportunidad y un riesgo para la oposición a Ortega pues se trata de un tema que afecta la esencia misma de la nicaraguanidad y provoca situaciones altamente emotivas.
La oposición en realidad corre riesgos en ambos casos si se va a los extremos, pues si se solidariza ciegamente con el manejo del asunto que está haciendo Ortega, sin señalar donde puede mejorar su actitud será vista como entreguista y falta de crítica y si se lanza ciegamente contra Ortega aprovechándose del diferendo será vista por la inmensa mayoría de los nicaraguenses como oportunista y vende patria.
La oportunidad para la oposición reside en un manejo inteligente, mesurado pero patriótico del tema, sin extremismos. En realidad lo que la oposición debe hacer es lo que todos los nicaraguenses que aman a Nicaragua independientemente de si apoyan o no a Ortega y con capacidad de hacerlo deben hacer y eso sencillamente se limita a defender cívicamente los intereses y derechos de Nicaragua, lo que empieza por conocerlos y exigirle al gobierno que la defensa de los intereses nacionales la haga bien sin exponer a Nicaragua por sacar ventajas politiqueras. Conocer los argumentos de Costa Rica asi como entender la situación especial por la que atraviesan, tales la penetración que sufren por el narcotráfico que los ha convertido ya no en punto de paso sino en su almacén, la quiebra técnica del Estado que enfrenta con un Presupuesto financiado por deuda en un 46 % lo que los pone en una situación que puede reventar en una explosión social y el tremendo daño que han hecho a la ecología de su propio país en la ribera sur del San Juan y al río mismo, para mencionar algunos, lo que nos da una luz sobre sus motivaciones es también importante para poder defender mejor a Nicaragua.
La oposición y la ciudadanía en general deben apoyar al gobierno cuando lo hace bien y señalarle los errores que cometa cuando eso ocurra o cuando por extraerle al tema ventajas políticas socave los intereses nacionales si asi lo hiciere.
Lo que no puede hacer la oposición porque sería ya el último clavo en su ataúd es tomar el camino de algunos nicaraguenses confundidos que convertidos en cipayos apoyan a Costa Rica, -y por ende a Colombia y Honduras, que actúan en concierto con Costa Rica-el país que nos está agrediendo en sus reclamos infundados y en la sarta de calumnias que anda regando por todo el mundo contra Nicaragua y los nicaraguenses.
Tal posicionamiento es torpe en extremo ya que al atacar la defensa que Ortega hace de Nicaragua y al apoyar las ambiciones del pequeño vecino geofágo a quien en realidad están atacando , aúnque ellos no lo entiendan es a Nicaragua, no a Ortega. Igual les sucede a los que creen que atacan a Ortega denigrando, minimizando y vituperando las obras de progreso que Ortega está haciendo que benefician a todos los nicaraguenses, como clínicas rurales, puentes, represas, carreteras, muelles y dragados, sin darse cuenta de que esas obras fueron planeadas y hasta diseñadas en gran medida en pasadas administraciones y que por lo tanto responden a un plan de nación, no a un capricho de Ortega.