La historia, dijo Cervantes, es la madre de la verdad.
… la verdad, cuya es la historia, émula del tiempo depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.
Y es que todo lo que vemos acontecer a nuestro alrededor, los actos y los personajes ya la historia los ha visto antes. Algunas veces en épocas recientes, otras en lugares distantes y en tiempos remotos.
Siempre han habido patriotas y hombres y mujeres dedicados a luchar por el bien común, y siempre han habido crápulas, agachados, traidores e indiferentes.
Una de las páginas más loadas de la historia reciente de la humanidad es la defensa denodada que hicieron los ingleses de su isla ante la amenaza de Hitler en los días y noches que siguieron a la claudicación de Bélgica y de Francia cuando se consideraba inminente el desembarco de las panzer diviziones en las playas inglesas y se alaba a Churchill y su decisión de "pelear en las playas, pelear en las calles, en las colinas, en el aire, en el mar, en el último rincón del Imperio y jamás rendirse". Pero se tiende a olvidar que en esa Inglaterra decidida habían quienes querían rendirse, quienes querían sobrevivir a toda costa aúnque fuera como esclavos y quienes no solamente pretendían rendirse sino que activamente trabajaban por el triunfo de Hitler y la imposición del fascismo en Inglaterra.
El grupo de los miedosos, que quería negociar la rendición lo encabezaban el ex Primer Ministro Neville Chamberlain y Lord Halifax. El sector pro Hitler era liderado por Lord Oswald Mosley, admirador de toda su vida del Fascismo y cabecilla del Partido Fascista Unido Británico, BUF. Su plan era instalar en Inglaterra y de la mano de Hitler un gobierno calcado del de Mussolini, proteccionista, ultra nacionalista y autoritario en el que no habría cabida para minorías étnicas, ni libertades de ninguna clase, ni de religión ni de expresión o pensamiento.
Y como la historia es ejemplo y aviso de lo presente esas acciones y a esos personajes los hemos visto aparecer de nuevo con otros nombres, y a un tal General Flint lo hemos visto hacer su mejor caricatura de Chamberlain y a un Donald Trump querer revivir el fascismo para imponerlo en los US como quiso hacer Mosley en Inglaterra, pero ahora de la mano de Putin.
La historia nos enseña que Mosley terminó primero en la cárcel y luego en el exilio, ya que en Inglaterra no existió jamás ese 38 % nefasto admirador de aspirantes a tiranuelos que tenemos por estos lados y fué ampliamente repudiado.
Pero no vamos tan mal pues ya nuestro émulo de Chamberlain, el General Flint está engrilletado esperando juicio y ya le va a tocar su turno en el banquillo a nuestro Oswald Mosley.
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